Recuerdo un día, uno de esos días de infancia, que no olvidas, que marcan tu no vida y que te acompañaran durante toda esta.
Era una tarde de verano, jugaba a la gallinita ciega con mi padre y recuerdo algo húmedo que me rozaba, era su polla frotándose con su hija de unos 4 años; no lo entendí, como ahora a mis ventipico tampoco lo entiendo. Solo sé cuándo muera no me importará.
Debemos perseguir los sueños, porque las pesadillas ya se encargan de perseguirnos a nosotros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
A la vez que me quedo frio recuerdo la interpretacion de uno de tus sueños en el que aparecian una corona y un fruto.
Recuerdas?
Me encanta como escribes.
Me encanta entenderte con una simple mirada.
Me encanta como ries.
Me encanta como eres.
Me encantas y te quiero taco.
Publicar un comentario