miércoles, 28 de noviembre de 2007

Lamentos

Hago garabatos mientas escucho el quejido de una guitarra desafinada...
Me pierdo, me enredo y me dejo atrapar en este abismo del sin sentido. Un agudo lamento taladra mi desquiciada razón dejando brotar el veneno cálido que me consume y dejo de ser... Ahito del peso de este cuerpo muerto en vida, dando tumbos, veo como copulan la tristeza y la agonía... así, permanezco inmóvil y distraida, ausente de todo, perenne en nada...

martes, 20 de noviembre de 2007

...

...Estoy en una habitación blanca, fría, impersonal... es la primera vez que estoy en ella, pero la reconozco, todas son igual de ajenas e igual de familiares, incluso intuyo ese olor a desinfectante que tanto detesto...
Entra alguien... mi madre, me mira... lleva entre los brazos un bebe envuelto en una toquilla.
- Toma, coge a tu hijo...
Extrañada, asustada y confusa agarro al bebe, lo miro y lo tiro al suelo, es una rata muerta... mi madre me mira sin entender que hago...
Me despierto entre sollozos, y me quedo tumbada mirando como los minutos se transforman en horas y yo no consigo ni dormir... ni dejar de llorar.
Y pienso en que desearía que me contasen un cuento...

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Anhelos

Llego al portal y me topo con mi precoz vecinita comiéndose la boca con su... "novio"

Me viene a la mente el recuerdo de todos aquellos revolcones de madrugada, las muñecas abiertas y las rodillas ensangrentadas por el ímpetu de las embestidas, cuantas veces me subí las bragas apresuradamente al escuchar el ascensor, y que decir del ascensor... dejandonos dominar por la lujuria, siendo animales perversos frente el espejo...

Pero a mis ventipico no se folla en los portales, ni en los baños de discotecas, ni en parques, ni playas. Ahora se hace en la camita o en el sofá, con suerte en una butaca y con mucha en la ducha, o en su defecto en el asiento trasero del coche siempre que sea imprescindible y se haya pasado el limite semanal estipulado por vete tu a saber que subnormal...

Me dejo arrastrar por mis anhelos que van de un lado a otro, rebotan por las paredes, cierran ventanas y borran aire limpio para convertirse en pesados hierros oxidados.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Lunes

Lunes las 7,40 am amanece un día nublado y oscuro... como yo...
Debería ir ya camino del trabajo, pero, llego tarde... ultimamente siempre llego tarde.

Me meto en la ducha, no me van a renovar, así que... me tomo mi tiempo, me relajo, me miro, me observo y me dejo acariciar por mi amante fortuito... no necesito que me bese, ni que me regale ñoñas palabras, sólo que no cese esa erección a presión; me mezclo y me pierdo por el desagüe, todos mis pensamientos se derraman conmigo... qué importa llegar tarde.

En la calle la marabunta lo devora todo, se increpan e insultan sin saber que no llegaran antes... a mi en cambio, todo me da igual, camino despacio y paladeo mi impuntualidad, mientras me voy poniendo la ropa y me recojo el pelo sin mucha mañana. La gente me mira como si de un raro espécimen me tratase; me pregunto si serán las ojeras, tal vez mi aspecto desaliñado, o mis irreverentes pezones que desafían a los viandantes burlonamente... y sonrió víctima del sexo matutino viendo esos rostros tristes que no tienen tiempo ni para llegar tarde.

Salgo del vestuario, uniforme arrugado, despeinada y sonriente... es muy tarde...

viernes, 2 de noviembre de 2007

Segunda noche sin dormir

Cada día me encierro más en mi misma, volviéndome cada vez más esquiva y solitaria; no hayo placer en la compañía, solo ansió recluirme... olvidar frivolidades... vanas conversaciones que no conducen a nada, o mas bien, monólogos en los que soy mera espectadora por imposición, que ni me implican ni deseo implicarme.
Yo solo quiero dejarme abrazar por la soledad, pues la compañía sólo me produce el deseo irrefrenable de matar.

Cigarrillos

Noto su mano sobre mi muslo, una mano inerte, muerta, carente de cualquier tipo de sensación, sobre un muslo inerte, muerto, que no siente nada... no nos miramos, ninguna palabra es pronunciada. Y por fin tiene que cambiar de marcha, dejo de sentirme como un mueble. Barajo la posibilidad de hacerle una mamada, cuando fue la ultima vez que se la mamé en el coche, ni siquiera lo recuerdo, pero eso no sería convencional, se saldría de la rutina... deshecho la idea, anticipándome a ese ya tan familiar... estate quieta, no es el momento, no me apetece, o cualquiera de similar significado... Para su coche, es hora de que los reclusos vuelvan a sus celdas, y llega el momento de la despedida; cruce de miradas y beso rápido, de rigor, de compromiso, de rutina. Antes porque fumaba, ahora porque no.

Escucho una vocecilla que me llama ... chica infeliz... busco hasta llegar al cajón de la mesilla y veo unos maltrechos cigarrillos que me reclaman, me recuerdan que han permanecido donde los deje esa tarde de agosto, cómo olvidarlos (ellos nunca me fallarían)...