lunes, 15 de octubre de 2007
...Manchas...
La chica ordenada acabo de doblar la ropa, hizo minuciosamente la cama y limpio hasta el ultimo rincón de aquel pequeño habitáculo. Acto seguido introdujo la mano en su pecho y saco su pequeño corazón para limpiarlo como de costumbre, pero también como de costumbre aquella maldita mancha que había emulsionado hacia tiempo, era imposible de borrar.
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