Pasa el tiempo hipócrita, absurdo, ridículo, pendenciero... Y nos deja a la deriva entre corrientes circulares, cuerpos que vagan, que flotan, que se pierden... cuerpos que se disgregan, que se funden... cuerpos... solo cuerpos. Y entre ellos me pierdo.
Conversaciones absurdas me persiguen, rondandome la mediocridad... Me pudo el esceso y la desidia, prendida como tantas veces a una copa, tratando de ser un cuerpo vagando contra cuerpos, bajo un cielo gris... me esfuerzo por mezclarme y no sirve de nada, cae el peso de la palabra... mientras que corazón, mente y cuerpo libran una batalla para obtener el control de nada... porque nada es controlable.
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